El Día vuelve a reclamar la independencia de Canarias, pero esta
vez su editorialista va más lejos y subraya que Ceuta y Melilla serán
ciudades de Marruecos. De hecho, no tiene reparos en afirmar que las
Islas se encuentran en territorio marítimo marroquí, ese mismo país que
hace sólo unos pocos años hacía la vista gorda cuando desde sus costas
salían miles de inmigrantes a bordo de destartaladas pateras, personas
que, curiosamente, luego recibían la tutela del Estado.
En la
diatriba dominical, José Rodríguez insiste en la cantinela de que
"éramos un pueblo libre. Un pueblo que formaba una nación. Cada vez
aparecen más huellas de la avanzada civilización de los guanches, de su
estructura política, familiar y artesanal, además de la bondad y la
valentía de sus habitantes. Nuestros antepasados. Nuestros guanches".
La
editorial del rotativo tinerfeño aduce que "esa es la principal razón
para que nos independicemos de los esclavistas españoles que invadieron
esta tierra y masacraron a sus habitantes, con los que cometieron un
genocidio hitleriano. Habitantes a los que llevaron a los mercados
españoles para venderlos en el siglo XV, y del siglo XV al actual han
pasado casi seis siglos. Casi 600 años sometidos por la villanía y por
las tropas regulares y mercenarias de Castilla. Y avergonzados diciendo
lo que no somos: que somos españoles".
José Rodríguez destaca en
su ladrillo literario que no le pueden hurtar a los canarios "el derecho
que tenemos a administrar nuestras riquezas, tanto las presentes, como
las latentes, que son inmensas. La tercera, alejar el peligro de que
Marruecos nos anexione de la noche a la mañana, porque puede hacerlo en
cuanto lo desee. ¿Alguien duda que Ceuta y Melilla terminen por ser
ciudades marroquíes, ya que están en su territorio? Pues Canarias está
en territorio marítimo marroquí. La cuarta razón es nuestra lejanía con
la nación que nos domina. Y hay muchas más".
Afirma el director
independentista, aunque con apellidos bastante españoles, dicho sea de
paso (Rodríguez Ramírez) que "sabemos que el pueblo tiene miedo de
echarse a la calle, pese a que las colas para comer son suficiente
justificación para que la gente se alborote y pida vivir como seres
humanos. Siempre predicamos que no haya brotes de violencia. Y si alguno
surgiera, culpable España. Culpables los políticos y gobernantes de
Canarias".