"Todo deseo estancado es un veneno" André Maurois Se acerca el 29 de Septiembre. No hay escapatoria. Estamos atrapados. El
bombardeo criminal de propaganda citando a acudir a la huelga general
no tiene límites y como esto siga así, nos vamos a atragantar. Perdonden
que barra de nuevo para casa, pero las instituciones y medios
informativos mal llamados de izquierdas están consiguiendo que me
produzca rechazo y repugnancia todo lo relacionado con lo que, si me
permiten, llamaremos en este artículo, día X.
Se está
convirtiendo en costumbre que, llegado el lógico punto en que el sistema
capitalista parte la nuez y se va todo al garete, los partidos y
sindicatos mayoritarios, en un acto de responsabilidad ciudadana, no se
les ocurre otra cosa que, indagando en su habitual política del "vamos a
vender churras por merinas a ver si despistamos al cliente", tienen la
brillante y sobre todo, novedosa idea de convocar la huelga. Despues de
dos años con ratas en el desván, pretenden comprar un matamoscas.
Todo
eso, de entrada, no parece fuera de lugar. De acuerdo. Firmaré incluso
que como detalle nostálgico y representativo, es correcto. Vamos, que
una boda ajena no es tal sin un bar enfrente al que acudir en busca de
socorro. No todo es fondo, también tiene que haber cuerpo y forma para
que algo sea creíble. Aunque parezca una perogrullada, la huelga tiene
su explicación protocolaria y nunca está de más.
Pero superemos
el carnaval de banderas y chirpitifluaticos cantamañanas en Cibeles. El
día X (no se me despisten) parará la producción nacional y las portadas
coparán, por enésima vez en los últimos meses, toda una fiesta de gente
tostándose al sol gritando que en cualquier momento (quizás al volver a
su pueblo en el autobús) se pueden quedar en la calle. Nada nuevo.
Entonces, punto y final. A otra cosa mariposa. Algunos seguirán con la
mosca detrás de la oreja, y la inmensa mayoría olvidarán lo acontecido.
Esto es el germen del problema. La falta de información, el saber a qué
se acude allí. Hagamos una apuesta: El dia X, un 50% de los
manifestantes no tendrán muy claro en qué consiste la huelga y para qué
se convoca. El 80%, ni pajolera idea de cual es su causa.
Pero
dejemos de hablar de nosotros y hagamos esto lo más objetivo posible, si
tienen a bien. Hace años que la clase obrera no sabe dónde ni por qué
pisa. Lo han conseguido. Partiendo de esa base, no queda otra que pensar
en un Gobierno hastiado de la situación actual riéndose de unos
representantes sindicales que parecen Pajares y Esteso. Si los cabezas
visibles no tienen credibilidad y los afectados carecen de la capacidad
necesaria de análisis e información respecto al problema, ¿quién se toma
en serio esta movilización?
Como decía, ha sido un crimen
insultantemente conseguido el haber anestesiado al obrero de a pie, pero
si los interesados en que esto deje de ocurrir y por fin se produzca un
golpe real en la mesa por parte del proletariado, unicamente basan su
interacción mediante carteles y propaganda sin fondo, me parece que se
va a conseguir bien poco. Es contraproducente para el interés del
currito. Es una caída en picado.
Partidos de izquierda,
sindicatos, medios informativos y moscas cojoneras del país, uníos. Y si
puede ser, mostrando, no adoctrinando con publicidad rancia. Gracias.
El día X es una incógnita para la clase obrera, ¿podremos despejarla? Conmigo no cuenten, siempre suspendí las matemáticas.
Diego Prieto.
|